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TOC besos
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Hola buenas:
He dado con este foro por casualidad y quería exponer una de mis mayores obsesiones, de la cuál no logro desprenderme ni controlar: se trata de una obsesión muy recurrente con los besos en los labios, tanto cuando beso a alguien como cuando veo a otros besarse.
Mi obsesión radica en que necesito saber y categorizar en mi mente los besos atendiendo a la apertura de los labios. Si en el momento de «contactar» los unos con los otros están totalmente cerrados o por el contrario existe un «espacio» entre los mismos. Dicho de otro modo, si existe cierto un «agarre» o «succión».
De la misma manera tengo una necesidad de «adecuación». Por ejemplo, al ir a besar a una persona, por ejemplo al saludar a mi pareja, no sé si debo darle un beso con los labios cerrados o por el contrario debo besarla dejando cierto espacio como menciono arriba.
Espero haberme explicado lo suficientemente bien y podáis a ayudarme.
Gracias de antemano.
¿Solo te llega este nivel de incertidumbre con el tema de los besos?
Es un error capital lanzar teorías antes de poseer datos. Por naturaleza uno comienza a alterar los hechos para encajarlos en las teorías, en lugar encajar las teorías con los hechos. Sir Arthur Conan Doyle
Me pasa con más cosas, pero ésta es una candente que no logro superar y me impide interrelacionarme.
Por citar otras:
-colocación simétrica de objetos
-comprobación/repetición de roscas, tornillos, palancas, posiciones (espejos retrovisores, asiento del vehículo).
-configuración de menús en (teléfono, TV, PC…)El tema es que esto es algo más sistémico. En la dicharachera jerga del psicoterapeuta aburrido, podríamos estar hablando de un Trastorno de Personalidad Anancástico (trastorno de obsesivo de perfección).
Podría ser un TOC de orden y simetría. Pero con lo del beso pones la guinda en el pastel. Un pastel que el TOC de orden y simetría no incluye.
Por (mala) fortuna (para ti) el tratamiento, de base es muy parecido de todas formas al del TOC, sea cual sea tu diagnóstico definitivo.
Al final estamos hablando de una inhibición aberrante de la incertidumbre y la inseguridad que causa ese malestar, que a su misma vez se inhibe también a toda costa, como si fueran el Demonio encarnado en la tierra. A fin de cuentas todos estos tipos de trastornos se engloban dentro de uno más grande llamado «trastorno de pusilanimidad mayor«, el cual no aparece en ningún manual de diagnóstico respetable, pero debería.
Nada de lo que avergonzarse, pero trae mucho mal a nuestro pequeño espíritu desvalido, ya no tanto por el malestar, sino por todas esas cosas importantes que se dejan de hacer junto a la montaña de arrepentimiento que se acumula hasta alcanzar nuestro lecho de muerte en pura desgracia.
O lo que es lo mismo, vivir toda una vida, literalmente para nada.
El tratamiento pasa, por intentar salir de ese estado de pusilanimidad maxiforme mirando a la cara al malestar y diciéndole bravamente: ¿Me quieres arruinar la existencia? Arruínamela, pero yo voy a hacer lo que tengo que hacer.
Entonces, ante semejante desdén, sacará un látigo, te pegará tres latigazos en la espalda, te escupirá en la cara y te pondrás a llorar como un niño pequeño por haber sido tan irrespetuoso. Fin de la terapia.
Recuerda esto: con la Diosa Pusilanimidad no se juega.
Sus látigos son duros y largos…
¿O sí? Decisión tuya.
¿Merecen la pena mil días de dolor y agonía, a cambio de toda una vida de libertad?
Yo creo que no.
Es un error capital lanzar teorías antes de poseer datos. Por naturaleza uno comienza a alterar los hechos para encajarlos en las teorías, en lugar encajar las teorías con los hechos. Sir Arthur Conan Doyle
Lo que me duele de sobremanera ahora mismo es no puedo relacionarme con la gente que quiero, las otras compulsiones al fin y al cabo las realizo solo cuando no hay nadie a mi alrededor hasta que logro tranquilizarme y lograr reprimir el impulso.
Sin embargo en esto de los besos que mencionaba, me es imposible, es como si necesitase la aprobación de una tercera persona para poder autoconvencerme de que «todo está en orden» y que «lo hago correctamente»en base a «lo establecido», aunque soy consciente que en eso no haya un «bien» o un «mal».
Por quiero hacer hincapié en lo citado arriba, que es la situación más recurrente y ante la cual me siento paralizado: viene mi pareja de la calle y se acerca a saludarme con intención de darme un beso. Entonces, se activa en mi ese pensamiento de: debería darle un «piquito» breve con los labios cerrados o debería darle un beso con los labios ligeramente separados. Y me asaltan varias preguntas: ¿Qué hará ella? ¿Qué estará esperando que yo haga?
Saludos y gracias.
Hola. Yo pienso que lo tuyo es más una obsesión de verificación y la inseguridad de dar una respuesta correcta en el tema de los besos preocupándote el posible rechazo de la otra persona. Cuando lo ves en los demás simplemente lo haces tuyo como proyección y como prueba a tu inseguridad. Todo «normal» dentro de lo que es el TOC por verificación. No sé el tiempo que le dedicas a esa compulsión, pues eso determina el grado de gravedad del mismo y de los otras compulsiones que puedas tener. Ánimo que se puede bajar la intensidad a un nivel mínimo que no te impida realizar una vida normal.
A tu disposición.
Saludos.
Muchas gracias por la respuesta, yo creo que estás en lo cierto, que todo responde a lo mismo, al tema de la certidumbre y obsesión por la perfección.
Lo que estoy tratando es de buscarme algún procedimiento para tranquilizarme cuando tenga esa obsesión, que es lo en lo que me han insistido los profesionales que he consultado. Por ejemplo para la compulsiones repetitivas, me dijeron que me autofijase un número máximo de veces y tratase de respetarlas. Sin embargo, para este asunto de los besos aún estoy pendiente de encontrar alguna solución tranquilizadora, ya que no es lo mismo que cerrar una puerta con llave (típico ejemplo) pongamos 5 veces…
Lo que haría yo es llegado el momento, cerrar los ojos y entregarme a ese momento sin dar opción a nada y aunque que venga cualquier idea. Piensa que justamente esa duda es la que puede estropear la relación y no la forma en que des el beso.
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