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Presentación: mi (creo) TOC obsesivo puro
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Buenas a todos!
Acabo de descubrir este foro, el cual por lo poco que llevo leído tiene una pinta magnífica… así que me aventuro a comentar mi caso. Intentaré resumir lo máximo posible para no aburriros (y aún así, os aviso que se avecina tocho).
Lo primero de todo, es que no estoy diagnosticado. Es más, los dos psicólogos que he visitado en mi vida siempre sostuvieron que lo mío no era TOC, ni mucho menos obsesivo puro. Pero yo pienso que si.
Tengo 30 años, y llevo con este problema desde que tengo memoria, si bien se agravó en torno a los 20 años de edad. Básicamente consiste en una obsesión y pensamientos rumiantes con temas concretos, que suelen ser cíclicos, y siempre basados en una posibilidad real (o al menos para mí).
He pasado por varios tipos: los típicos conocidos de miedo a las relaciones con tu pareja, miedo a ser un psicópata, o miedo a tener una enfermedad. Normalmente cesaron solos, perdurando más o menos en el tiempo (por ejemplo, el miedo a ser un psicópata o un ¨loco¨ me duró un año aproximadamente). Esos pensamientos duraron en la franja de los 19 a los 22-23 años de edad aproximadamente.
Luego el tema quedó ¨apagado¨ en mi cerebro, hasta que hace tres años volvió con más fuerza que nunca. Tras un episodio relativamente traumático (una serie de acontecimientos en mi vida que si bien, conseguí resolver satisfactoriamente, me marcaron mucho), al conseguir resolver todas esas situaciones, empecé a tener pensamientos relacionados con ¨perderlo todo¨. Esa situación traumática y bastante dura terminó, como digo, muy bien: conseguí el trabajo de mi vida (funcionario, bien remunerado, estable, y lo que siempre quise hacer… el sueño de mi vida, vamos).
Por alguna razón, a partir de ese momento, surgieron pensamientos de repente del tipo: ¿Y si me despiden? ¿Pero por qué podrían hacerlo? ¿He hecho algo malo en los últimos años?
Esto ha desembocado en miedos variados: cometer algún error en mi trabajo que haga que me vaya fuera, miedo a haberlo cometido sin darme cuenta, o el peor de todos y el que me machaca especialmente: miedo a haber cometido o cometer algún delito sin saberlo.
Básicamente, por el tipo de trabajo que hago, si cometiera o hubiera cometido algún delito, perdería dicho trabajo. Y esto se ha convertido en un pensamiento rumiante que me va atacando cada día, a veces más, a veces menos. Lo más gracioso de todo, es que son pensamientos totalmente antagónicos a mí: soy el típico que ni pasa de 120 por autovía. Pero me puede.
Me imagino las situaciones más rocambolescas, y las aplico a mi vida diaria. Desde al dejar la cuenta en un bar, ver que la cobren seguro para que no pensaran que me he ido sin pagar, pasando por creer que si he notado un bache en el coche quizás he atropellado a alguien sin darme cuenta, etc. Podría contaros mil y un casos.
Lo que es también curioso es que nunca había entendido qué compulsión tenía. Pensaba que no la tenía, hasta hoy. Me he dado cuenta que mi compulsión es buscar sistemáticamente en internet. Si pienso que he cometido tal acto delictivo sin querer, empiezo a buscar por todo si eso puede ser malo o no. Si es un delito, qué pena tiene, qué me puede pasar. Entro en un bucle en el que, si no encuentro algo que me calme, me absorbe demasiado tiempo.
Mi pareja está al corriente de esto, y siempre que le cuento una de mis obsesiones, ella las ve totalmente irreales. Pero yo no, porque simplemente son basadas en hecho reales que han ocurrido… aunque supongo, sacadas totalmente de contexto.
Y esta es mi historia. Hoy por hoy llevo una vida normal, si bien de vez en cuando me vienen estos pensamientos. Intento ignorarlos, pero no puedo evitar buscar en Google o similares para buscar la confirmación o calma.
Así que seguiré luchando, seguramente buscaré de nuevo ayuda, y leeré el foro a ver si consigo entender un poco más este problema.
Un abrazo y mil gracias si me has leído hasta aqui 🙂
Puede ser que tengas un tag más que un toc? A lo último dices, seguiré luchando, yo por ejemplo leyendo el libro de Edna día dice que algo muy importante es aceptar que uno tiene una obsesión, y no luchar porque se hace más fuerte.
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