[claudius]

13 enero 2016 a las 10:07 en respuesta a: Diario de un obsesivo puro

Ayer di el primer paso, calificado de 15/100 en mi escala de evitaciones: prescindir de tomar más de un té al día y de todo el café, que no me convienen por la cafeína y que se habían convertido en una compulsión leve.
    Lo hice a partir de después de comer y me fue muy fácil al principio, me sentí bien durante toda la tarde. Lo único que al acostarme y durante el buen rato que me costó dormirme me empezaron a venir pensamientos problemáticos. Una de mis creencias falsas pero que me perturban es según la frase de William Blake: «Quien desea y no actúa engendra la peste». Siento que según qué esfuerzos de voluntad haga ello puede ser una represión que acumulada en el tiempo me lleve a otro brote psicótico. Me han desmentido en el pasado que exista esta posibilidad, pero estos pensamientos sabotean mis esfuerzos. No tengo la certeza al 100% de que no exista el riesgo. A mi psiquiatra actual no se lo he preguntado, se lo consultaré en la próxima visita.
    Otros miedos: que lo mío no sea un TOC, un enemigo definido, contra el que tengo armas, y que me da una identidad también, y simplemente mi problema sea que soy un débil, un autoindulgente. La culpa a toda máquina.
    La obsesión que toca ahora es, precisamente, esta «identidad TOC» y estos esfuerzos de autoterapia. Igual tendré que añadir a la lista de conductas a evitar el estar continuamente leyendo cosas sobre el TOC y visitando este blog.
    De momento estoy tolerando el malestar, aunque no muy distinto del de otros días, a la espera de seguir ascendiendo por la escala.

[claudius]

12 enero 2016 a las 16:51 en respuesta a: Diario de un obsesivo puro

Humm, interesante. Sí, voy a hacer esta lista, aunque el cuerpo me pida leerme el libro entero otra vez, ser perfeccionista, hilar fino, etcétera. Gracias por el consejo, Vitali.

[claudius]

10 enero 2016 a las 14:37 en respuesta a: La Vida que Sueño

Gracias por tu relato, Yann. Es un alivio darse cuenta y recordar que no estamos solos en el mundo con nuestros pensamientos obsesivos, porque tenemos tendencia a centrarnos en nosotros mismos y pensar que somos los únicos (por lo menos yo). Compartirlo y desahogarse trae, por lo menos, algo de alivio, para el que lo escribe y para el que lo lee. Un saludo.